jueves, 29 de diciembre de 2011

EL PLACER DE LAS COSAS HECHAS DESDE EL CORAZÓN

Llevo tiempo queriendo escribir sobre esto, pues tengo la certeza de que las cosas si no las haces nacer desde dentro de ti no pueden fluir de igual manera que si te lo estás imponiendo a ti misma. Muchas veces en la vida nos vemos obligadas (y no por nadie externo sino por nosotras mismas) a hacer cosas con las que realmente, si las analizáramos realmente no estamos de acuerdo. Esto ocurre porque muchas veces no nos paramos siquiera a pensar en qué es lo que realmente necesitamos en cada momento para ser y estar felices. Nos dejamos arrastrar por una marea de prisas y convicciones que ni nosotras mismas sabemos de dónde las hemos adoptado.
Tenemos que ser buenas, generosas, simpáticas, agradables, sonrientes, bien peinadas, sofisticadas, sexis y muchas más cosas aunque aveces no nos apetezca. Somos así sin  más,  por costumbre o porque otras lo hacen o porque nuestras madres lo hacen, pero...¿es realmente lo que queremos?¿es algo que nos ayuda en nuestra vida? ¿o algo que aporta cosas buenas a mi vida?.
A las mujeres nos cuesta decir NO. Pero no un no cualquiera, sino un NO rotundo y cerrado que no deje lugar a dudas. Tenemos miedo de no estar siendo "buenas".
Pongamos un ejemplo: cuando nos invitan a tomar algo cuando realmente no nos apetece y por no quedar mal o por "no hacer el feo" se acepta. ¿Tiene algún sentido esto? Si dices que sí sin ser sincero, no lo vas a disfrutar ni tú, ni la persona que te invitó y al final te ves atrapada en una situación tensa y discordante que no es necesaria en tu vida y encima estás pensando en la prisa que te tienes que dar porque tienes que comprar algo y te van a cerrar la tienda. Éste es un mínimo ejemplo pero se puede extrapolar a muchas otras situaciones (relaciones laborales, personales, sexuales, etc...).
A lo mejor querid@s lectores o lectoras os parece una tontería esto que estoy diciendo y no os parece tan grave, pero esta actitud ante la vida hace que las mujeres vayamos poco a poco sucumbiendo a los deseos de los demás y a que no sepamos cuáles son los propios. Y a la larga...nos damos cuenta de que no somos capaces de ser felices en el día a día y nos cuesta salir de esta situación, así que si  te ves reflejada en estas reflexiones comienza cuanto antes a decir NO y a hacer sólo que realmente te apetece dejando que el flujo de la vida corra por tus venas en cada momento de tu vida.
 Comienza por preguntarte ¿qué es lo que más te apetece en este mismo instante?