martes, 14 de diciembre de 2010

QUISIERA QUE LLOVIERA...

Cuando me piden que formule un deseo, a veces deseo que lloviera. Pero no una lluvia corriente, sino un agua pura que limpiara nuestras conciencias de la polución acumulada.
Me gustaría que fuera tan agradable que la gente se despojara de sus ropas y quisiera sentirla en su piel, cual cascada rejuvenecedora.
Así, todos y todas, desnudos y desnudas, nos daríamos cuenta de la vida que hemos llevado hasta ese mismo momento, sin nada que tapar, sin nada que ocultar, seríamos nosotros mismos los que verían los demás.
La desnudez nos desenmascara y volvemos a ser y a sentir que no estamos solos, que la soledad es irreal. Tan sólo tenemos que querer ser y estar.
Estoy segura de que algo cambiaría en nuestro interior, dejaríamos de pelear, de correr, de consumir, de tragar...
Conectaríamos con lo que realmente queremos en la vida y nos daríamos cuenta de que todos ansiamos lo mismo..., SER FELIZ.
Cada vez lo deseo con más fuerza...que llegue esa lluvia.

sábado, 11 de diciembre de 2010

EL DÍA QUE VOLVÍ A NACER

Estoy flotando en un mar cálido, siento calor. El lugar idílico en el que estaba unas horas antes ya no me parecía tan cómodo, es más me molestaba. De pronto, todo mi cuerpo se aprieta involuntariamente y viajo a las profundidades de mi ser, buceo hasta el fondo de mi alma, entre la vida y la muerte. Después poco a poco voy recuperando el aire, abro los ojos y tomo conciencia de mi otra realidad.
Me siento sola y a la vez acompañada. Estoy rodeada de mis seres queridos  cuidándome, respetándome, queriéndome. ¿qué más se puede pedir en este momento? Soy la mujer más afortunada del mundo.
Estoy agotada y me pregunto cuánto tiempo faltará para el desenlace, pero eso...nadie lo sabe.
Yo, Madre Tierra, me preparo para una nueva embestida, una sacudida bestial que me pone los pies sobre la tierra para recibir toda su fuerza creadora. Un grito desgarrador nace desde mis adentros, aullo conectándome con todas las Madres de la Historia. Entonces la siento, ¡ya está aquí!¡mi niña!.
El silencio invade el salón, todos respiramos en un mismo latir...hasta que el aire entra y ¡llora!, lloro, lloramos todos...
Una sensación indescriptible invade todo mi cuerpo, amor, alegría, felicidad, gratitud.
Todos en un mismo sentir, la magia está por todos lados y se puede masticar y oler.
Hoy es el día en que nací por segunda vez.

jueves, 9 de diciembre de 2010

El júbilo del cuerpo: La carne salvaje

Me fascina la forma en qu loss lobos chocan unos con otros cuando corren y juegan, los lobos viejos a su manera, los jóvenes a la suya, los flacos, los patilargos, los rabicortos, los de orejas colgantes, aquellos cuyas fracturadas extremidades se soldaron torcidas. Todos tienen sus propias configuracions y fuerza corporal, su propia belleza. Viven y juegan de acuerdo con lo que son, quiénes son y cómo son. No fingen ser lo que no son.
Allá arriba en el norte vi una vez una vieja loba que sólo tenía tres patas; era la única que podía pasar  a través de una grieta donde crecían los arándanos. otra vez vi a una loba gris agacharse y pegar un brinco tan rápido que, por un segundo, dejó la imagen de un arco de plata en el aire. Recuerdo a una muy delicada, una recién parida todavía con el vientre deformado, pisando el musgo del borde del estanque con la gracia de una bailarina.
Y, sin embargo, a pesar de su belleza y de su capacidad para conservar la fuerza, a las lobas se les habla a veces de la siguiente guisa: " Estás demasiado hambrienta, tienes unos dientes demasiado afilados, tus apetitos son demasiado interesados". Tal como ocurre con las lobas, a veces se habla de las mujeres como si sólo un cierto temperamento, sólo un cierto apetito moderado fuera aceptable. A lo cual se añade con harta frecuencia un juicio sobre la bondad o la maldad moral de la mujer según su tamaño, estatura, andares y forma se ajusten o no a un singular y selecto ideal. Cuando se relega a las mujeres a los estados de ánimo, gestos y perfiles que sólo coinciden con un único ideal de belleza y conducta, se las aprisiona en cuerpo y alma y ya no son libres.

Extracto de "Mujeres que corren con los lobos" de Clarissa Pincola Estés.

Podría extrapolar lo que dice Clarissa a la mujer en la danza, cada una posee la belleza plena en algún movimiento o algún paso. Todas tienen un don  aunque todavía no se hayan dado cuenta de ello. Ésta precisamente es mi misión, la de ayudar a que encuentren ese don que se les concedió. A unas se les dará muy bien los movimientos de percusión, otras tendrán una sutil gracia al desplazarse, otrasn en cambio serán especiales en los movimientos suaves de taxim...y así cada una va encontrando su esencia a través de la danza...